Summary
Cuando despunta la primavera, mientras se anuncia la vida de la naturaleza y la luz del sol comienza a crecer, el alma de esta tierra se abre para celebrar sus fiestas mayores en torno a la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Este modo de celebrar la Semana Santa se vio beneficiada por la existencia de una escuela escultórica clásica en madera policromada y propia para la elaboración de los pasos procesionales: la que conocemos con el nombre de Escuela Castellana. Aquellos pasos no son, únicamente, cuadros de una catequesis visual, sino el retrato de una época y de un carácter austero y, sobre todo, de la propia espiritualidad de las gentes que los mandaron realizar y de los artistas que los crearon.00Desde las diferentes dimensiones de esta Semana Santa en Castilla y León, trataremos de ir a sus esencias artísticas y espirituales, porque es imposible conocer las obras de los escultores-imagineros (Alonso Berruguete, Juan de Juni, Gregorio Fernández, Francisco del Rincón, Lucas Sanz Torrecilla, Andrés de Solanes, etc. ), sin ellas. Una manifestación religiosa, en una espiritualidad que hunde sus raíces en el siglo XV, que se refuerza con lo que habitualmente se ha venido llamando ?contrarreforma? en los siglos XVI y XVII, y que se revitaliza en el siglo XX.